Mientras el DOT trabajaba para mantener seguras las carreteras y los sistemas de transporte, el siglo XX vio un gran aumento en el consumo de drogas ilegales. En la década de 1970, el presidente Nixon lanzó la “guerra contra las drogas” para combatir tanto la oferta como la demanda de estas sustancias.

El DOT terminó participando cuando la Guardia Costera de Estados Unidos asumió un papel clave en detener que las drogas entraran al país por mar y aire. Este esfuerzo encajaba con la misión del DOT de proteger los sistemas de transporte, pero también señaló un problema serio: el peligro de que conductores y operadores trabajaran bajo la influencia de drogas.